La diosa divina Mia Little es el tipo de amante sádica a la que le gusta mantener a un esclavo de repuesto encerrado y atado en su garaje. Su mascota sexual, Papa Georgio, está completamente incapacitado por esposas rígidas de cuero en las muñecas y tobillos que le hacen imposible escapar. Duerme sobre una pila de cartón y tiembla inquieto a la espera de la mano severa y los caprichos sádicos de su amante. La oye moverse y se despierta sobresaltado. Desde el garaje del sótano puede oír a Mia dándose placer y ronroneando con gemidos sexuales. Puede sentir que su polla se pone rígida de hambre por servir a su amo. El hombre-puta masoquista oye a Mia acercarse, así que levanta la cabeza para asegurarse de que ella sepa que está completamente atento a su presencia. Luego, Mia lo arrastra escaleras arriba para castigarlo con un brutal castigo corporal y un juego de impacto. Ella lo hace arrastrarse por el suelo para buscar sus grandes cucharas de madera para poder golpear su inmerecedor trasero. Mia le da nalgadas hasta que se le pone la piel en carne viva y se le hincha por su mano severa. Procede a golpear y abusar de sus bolas y su pene, lo que hace que su polla de cerdo del dolor babee pre-semen. Él no puede evitarlo; el mero toque de su amante lo llena de placer. Vive para ser castigado porque sabe lo indigno que es. Cansada de sus gritos y aullidos de dolor, Mia lo arroja sobre su espalda y le hace mirar mientras ella juega con su coño apretado y hambriento. Ella frota su culo en su cara y empuja sus pies cubiertos con medias en su boca abierta. Él devora la divinidad de su adoración de pies y se ahoga con tópicos de agradecimiento y elogios. Mia frota un vibrador sobre su coño y su esclavo sexual masculino le ruega que la vea correrse. Mia se ríe y se da placer una y otra vez y observa a su sirviente babear de deseo. Ahora que está calentado, Mia tira de sus piernas en el aire y mete su consolador con correa profundamente en su estrecho ano. Él aúlla de dolor por la penetración anal, pero un hombre pequeño como él disfruta de la atención. Su ano se abre rápidamente y Mia comienza a golpearlo, empujándolo hasta la sumisión. Mientras el consolador gigante masajea su próstata, su polla supura pre-semen incontrolablemente y se pone rígida de deseo. Mia comienza a acariciar su eje y se ríe de sus patéticas súplicas de liberación. Ella ordeña cruelmente su polla repetidamente y disfruta del dolor de su esclavo mientras él se estremece por la negación del orgasmo. Le ruega a su ama que le permita correrse y cuando no puede aguantar ni un segundo más, Mia le permite eyacular una carga gigante sobre sí mismo. Cansada de su pequeño esclavo, Mia lo arroja al suelo y lo hace arrastrarse de regreso a su choza en el garaje.Descargar Mia Little en ‘Little Man: Mia Little Punishes and Pegs Papa Georgio’Descargar Mia Little en ‘Little Man: Mia Little Punishes and Pegs Papa Georgio’