Con la excusa más tonta que se le ocurre, John encuentra la manera de entrar en casa de Marilyn y echar un polvo guarro. Lo cierto es que Marilyn también estaba deseando que esto ocurriera, o al menos eso es lo que le dice la rubia con la polla de John metida hasta el fondo de su jugoso coño. Sin embargo, ¡cualquier excusa es buena para que tengan sexo tórrido como siempre quisieron!
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