Mackenzie Moss es la típica chica de al lado, pero tiene un hambre insaciable de pollas duras y juegos de dolor brutal. Seth Gamble no pierde el tiempo en darle a esta pequeña rubia exactamente lo que quiere. Mackenzie está atada a una cruz de San Andrés, colgando de sus rodillas y muñecas a través del agarre ineludible de la cuerda floja. Esto deja su coño mojado y sus pequeñas tetas alegres expuestas a los caprichos brutales de Seth. Inmediatamente comienza a ablandar su pálida carne expuesta con un pesado látigo de cuero. Una vez que la piel de Mackenzie irradia un rosa cálido, comienza a picar su carne con una fusta y una caña de bambú. Ella grita y chilla por el escozor del cruel juego de impacto. Una venda cubre sus dulces ojos azules, lo que hace imposible saber cuándo se le infligirá el abuso. Esta privación sensorial solo excita aún más a Mackenzie. Mientras Seth le mete los dedos en el agujero de puta, ella chorrea por toda su mano y rezuma jugos cremosos de coño. Ella ruega por sentir su polla dentro de su coño mientras Seth la mete a la fuerza. La golpea hasta que se somete y ella ruega correrse. Cansado de oír a su juguete sexual suplicar piedad, Seth la arroja al suelo y le mete la polla en la boca. Se folla sin piedad la cara de su esclava sexual hasta que ella se atraganta por la mamada de garganta profunda. Seth azota su coño hinchado y golpea su tierna espalda mientras ella lucha por devorar su polla. Complacido con su devoción, le mete un hitachi en el coño y le obliga a tener otro orgasmo. A continuación, Mackenzie se pone de pie con las piernas abiertas y las manos atadas a las rodillas. Ahora Seth puede dedicar su atención a golpear su culo redondo perfecto. Ataca su culo con una paleta de plástico que deja rayas al rojo vivo en su parte trasera. Jadeando por el dolor abrasador, ella jadea cuando Seth vuelve a meter su polla en su coño. El culo de Mackenzie se sacude y tiembla mientras la folla sin descanso. Luego la ponen boca arriba y la atan a una mesa con su coño roto expuesto y listo para ser penetrado una vez más. Seth le da una bofetada en la cara y la estrangula mientras continúa golpeando su coño. Ella gime y agradece a su amo por toda la atención y los orgasmos que le ha brindado. Ella ruega probar su semen y en el apogeo de un frenesí sexual él dispara su carga caliente por todas sus tetas y su coño. La recoge y se la da para que pueda saborear su dulce humillación.Descargar Mackenzie Moss en ‘Mackenzie Moss: A Hunger For Pain and Dick’Descargar Mackenzie Moss en ‘Mackenzie Moss: A Hunger For Pain and Dick’