Dulce Dulce Luna, ella ha sido una de mis chicas favoritas durante años. Incluso podrías decir que tiene un lugar especial en mi corazón, pero eso sería ingenuo. Follar con Luna siempre me hace sonreír, así que me enoja cuando veo a un proxeneta punk abusar de mi mierda. Estaba cubierta de moretones y rasguños de un gusano de bajo nivel que se hace llamar Lil Peter. Todos saben que es una chica trabajadora, pero siempre ha sido mi chica trabajadora. Toda puta necesita un papi y eso es lo que yo soy para Luna. Ella se corre hacia mí en busca de apoyo y orientación. Por lo tanto, siempre obtengo los beneficios sexuales y ella simplemente me los da. Cuando vino a mi habitación de hotel la otra noche estaba cubierta de moretones. Sé que nunca toleraría esa mierda de un idiota cualquiera. Era ese proxeneta de mierda con el que trata. Siempre he odiado a los proxenetas. Sí, son hábiles con las mujeres, pero unos malditos cobardes cuando se trata de hombres. Tengo tolerancia cero. Le pedí a Luna que me dijera quién la había marcado y ella dudó. Comencé a inspeccionar su hermosa piel latina color caramelo y déjame decirte, me excité mucho. Mi gran polla comenzó a hincharse dentro de mis pantalones. Mirando ese pequeño y apretado culo mientras me guiñaba el ojo. Ella me daría cualquier placer anal que ansiara. Podía ver ese apretado coño afeitado goteando mojado y ansioso por mi gruesa polla. Sus grandes tetas falsas estaban tan alegres que los pezones parecían poder cortar vidrio. Hay algo tan intrigante en una latina rubia y no puedo precisar qué es. De todos modos, la agarré por el cuello y comencé a estrangularla. Dios sabe cómo le gusta que la dominen. Empujé su cabeza contra el espejo en posición de perrito y lamí sus deliciosos labios vaginales como si fuera el almuerzo. Tiré su cabeza contra la pared y la follé en la cara como un animal. Esa boca era como una aspiradora que succionaba toda mi semilla. La tiré sobre la cama en la posición del misionero y la embestí mientras esos labios gordos de su coño acariciaban mi miembro una y otra vez. Ese gran trasero latino rebotaba como una pelota de goma en un patio de juegos. ¡Qué regalo! Era toda mía para que la tomara sin costo alguno. Por eso me enojo tanto cuando alguien se aprovecha y abusa de estas putas. ¡Parece que tengo una cita con el diablo porque nadie me folla el coño!Descargar Luna Star en ‘Daddys Girl’Descargar Luna Star en ‘Daddys Girl’