Lydia disfruta que la empujen más allá de su zona de confort, pero hay un factor de confianza que se necesita para sesiones tan intensas. El Papa es alguien en quien ella confía y le permite empujarla más allá de lo que normalmente está dispuesta a soportar. Lydia comienza arrodillada en la cama con los brazos atados a una correa detrás de ella y las piernas atadas firmemente manteniéndolas separadas. Es hora de que el dolor invada su cuerpo y mente, y qué mejor manera que con una porra que se usa de una manera que la atormente al máximo. La caja torácica es un lugar que debes usar al máximo cuando la atormentas, para no separar las costillas o romperlas. A continuación, se agrega una cuerda en la entrepierna que estresa aún más su cuerpo. Agrega pinzas para pezones y átalas también, y Lydia está posicionada para sus primeros orgasmos. A continuación, Lydia está en una suspensión de una sola rodilla, que la deja colgando boca abajo con los brazos atados a su pierna colgante. El tormento de los pezones, la flagelación e incluso una fusta en todas las áreas sensibles llenan la mazmorra de sus gritos. Luego El Papa le llena el coño con un consolador y le folla el coño sin piedad hasta que rebosa de orgasmos. Comienza la escena final, y Lydia se encuentra boca arriba como la zorra que es, con las piernas abiertas y dejándola completamente indefensa. El Papa se pone a trabajar haciéndole sufrir con calambres en los pezones a los que se les añaden pesos, bastinados, lo que le provoca más dolor del habitual. Sus pezones están atados a los dedos de los pies, por lo que cada vez que mueve los pies, que es a menudo, le tira de los pezones. La escena termina con ella siendo follada hasta el orgasmo sin parar.Descargar Lydia Black en ‘Lydia Black Suffers in Grueling Bondage’Descargar Lydia Black en ‘Lydia Black Suffers in Grueling Bondage’