Enjaulado con una miríada de pinzas de ropa en sus bolas, Jay Wimp espera a la hermosa Domina Helena Locke. Domina Helena entra, vestida con un látex rojo brillante y ajustado y botas altas hasta los muslos. Ella ha escuchado que Jay es duro y está lista para ponerlo a prueba. Ella muerde su polla y lo golpea por todo el cuerpo, prestando especial atención a su polla y bolas. Jay grita y se retuerce como el patético gusano que es, incapaz de escapar del alcance de su Domina. Helena sujeta los pezones de Jay y continúa atormentándolo con una fusta y burlándose de él con su culo perfecto. Lástima que Jay sea demasiado patético para follar. En cambio, aceptará el dolor que todos los hombres merecen. Helena quita las pinzas de ropa de sus bolas una por una, dejando la sensible polla de Jay expuesta a más golpes. A continuación, Jay es atado con bandas elásticas alrededor de sus muslos y pies. Tiene las piernas abiertas y el culo expuesto. Helena le escupe por toda la cara antes de rasguñarle y cortarle los sensibles pezones. Le da un puñetazo en las bolas y le azota la polla, los muslos y los pies. Jay ruega por más y grita mientras su Domina le deja preciosas marcas rojas a lo largo de los muslos. Helena le ordena que observe cómo le azota y estira las bandas elásticas hasta el límite. Le pide a Jay que le diga cuándo soltar las bandas para demostrarle lo duro que es y le hace ver cómo vuelven a golpearse contra su piel. Jay grita cuando las bandas golpean su sensible carne. Entonces Helena desliza su polla en el culo de este pobre perdedor. Jay gime mientras Helena mete y saca la polla de su agujero. Hoy es su perra y ella le hace repetirlo en voz alta una y otra vez mientras le estira la polla y las bolas y sigue chasqueando las bandas alrededor de sus muslos. Finalmente, Jay tiene los ojos vendados y está atado de espaldas. Helena sigue dándole descargas eléctricas antes de hundirse sobre su cara. Lo aprieta entre sus poderosos muslos. Ella atormenta su sensible polla y se niega a dejarlo correrse. Todos sus gritos la excitan y pronto se corre en su cara. Cuando Jay le ruega correrse, Helena se disgusta. Ella le golpea las bolas repetidamente, arruinando su orgasmo. Vacía las velas de su calabozo por toda su polla y bolas, cubriéndolas completamente de cera mientras Jay grita. Luego golpea la cera con una fusta y un bastón. Jay no podría estar más feliz en su nueva vida como la perra de Domina Helena.Descargar Helena Locke en ‘There’s Nothing Better Than Being Your Bitch: Helena Locke and Jay West’Descargar Helena Locke en ‘There’s Nothing Better Than Being Your Bitch: Helena Locke and Jay West’