Para Scarlet Red, la cabaña es un lugar para relajarse y complacer todos sus caprichos y placeres eróticos. Scarlet esperó a que su hombre llegara a casa para tener sexo caliente. Con las puertas abiertas de par en par y una fuerte brisa bañando su cuerpo, Scarlet se puso en marcha, pasando las yemas de los dedos por su estómago tenso y entre sus piernas. Cuando Jay llegó de su paseo, se unió a ella en el sofá, rodeándola con sus brazos por detrás para apretarle los pechos y besarle el cuello y detrás de las orejas. Mientras su excitación ardía como un carbón caliente entre sus piernas, Scarlet cayó de rodillas y tomó toda la longitud del pene de Jay en su boca, agarrando el pene mientras chupaba la corona. Una vez que su polla estuvo dura como una roca y palpitante, Scarlet se sentó a horcajadas sobre él en el sofá, aplastando su clítoris contra su entrepierna mientras movía las caderas. Terminaron en la posición favorita de Scarlet, boca arriba con las piernas abiertas, empujando profunda y urgentemente, hasta que su placer se desbordó en un delicioso orgasmo mutuo.
