Keiran debe tener una de las mejores niñeras del mundo. A Moriah nunca le importa quedarse un poco más tarde si él también la necesita. Así que, naturalmente, extiende un poco de hospitalidad y le ofrece un lugar para pasar la noche. Cuando va a buscarle una almohada y una manta, regresa y se da cuenta de que Moriah no puede controlarse. Ella le promete a su esposa que nunca se enterará de su pequeño encuentro a última hora de la noche, si él le da la polla con la que ha estado soñando. ¡Resulta que ese es un consejo que Moriah definitivamente se merece!