La encantadora Latoya vino hoy a su cita de masajes y no podría haber estado más emocionado. La primera vez que la froté, no pude evitar notar sus enormes y alegres tetas y su apretado trasero. Me pregunté cómo sería tener la oportunidad de follarla de verdad. ¡Hoy es el día en que lo hice posible! Empecé a masajear su zona inferior y cuando empezó a responder, ¡supe que tenía ese coño bajo control! Sacó mi polla y empezó a masturbarla mientras yo frotaba su clítoris y chupaba sus pezones. Cuando Latoya colocó mi polla dura en su boca húmeda y cálida, ¡supe que había estado queriendo follar tanto como yo! Me montó como si fuera un rodeo y me hizo correrme sobre sus regordetes labios vaginales más fuerte que nunca en mi vida. Me pregunto si mis otros clientes también me dejarán follar...