Un ministro contacta a Jessica Ryan para una sesión, y aparentemente está confundido sobre qué tipo de servicios ofrece. Jessica se ríe para sí misma mientras fija su cita. Cuando llega, ella enciende su cámara secreta y le da la bienvenida. Le chupa la polla y lo folla en varias posiciones... ¡el padre Jim cree que está teniendo el mejor día de su vida! Pero cuando llega el momento de que se corra, ella arruina su orgasmo y señala la cámara, que ha estado grabando todos sus pecados. Jessica anuncia que ahora es su puta, a menos que quiera arruinar su carrera haciendo que todos vean las imágenes. El padre Jim acepta de mala gana (¡como si tuviera otra opción!) y Jessica toma su teléfono y se va a cambiar, advirtiéndole que no toque su polla. (Parte 1 de 2)
