Cuando está con Benny, Esme nunca tiene que preocuparse por follar a su entera satisfacción. Cada vez que caen juntos en la cama, ella se va exhausta y radiante, con un vívido recuerdo de placer en su entrepierna que la sigue todo el día. Benny sabe cómo usar dos dedos para encontrar todos los puntos dulces en su coño y transportarla a todas las alturas del placer y el éxtasis. Cuando es su turno de quitárselo, Esme empuja hacia atrás cada fuerte empuje de su polla, moviendo sus caderas hasta que es el momento de que él se retire y le raye el pecho con su correa.