Hoy, sin duda, me he equivocado de camino en mi búsqueda de matones negros que lleven algo más que armas. Al igual que el vino, estoy mejorando con la edad y estoy mucho más cachonda. Mi marido blanco está con los niños, así que tuve tiempo libre para tener sexo interracial de la forma correcta y con la polla gorda de un matón. Sabía que me estaba acercando porque el grafiti en la pared y el vecindario peligroso me indicaban que me estaba acercando cada vez más al premio gordo. Me encontré con estos dos jóvenes negros con aspecto de gánster que se sorprendieron al ver a una puma en su territorio. Pude llevarlos a mi apartamento y los desnudé más rápido de lo que puedes decir "¡Cariño, estoy en casa!". Fui de un lado a otro, turnándome para chupar estas dos pollas de ébano que eran tan anchas como las latas de refresco que suelo llevar en el almuerzo de mi marido. No podían dejar de llenar mi cara de polla negra y gruesa. No iba a ser completamente feliz hasta que mi coño de puma se estirara a un tamaño que nunca podría tener con una polla blanca. Vi a Dios y sacudí las paredes con mis gritos, ya que no podía recordar la última vez que me cogieron hasta el olvido. Ahora solo vuelvo a ese barrio malo cuando necesito saciarme de sexo interracial.