Pervertir a tu vecino nunca ha sido tan fácil: ver el culo regordete de las Venus valquirias y las deliciosas líneas de bronceado a través de las ventanas abiertas mientras se organiza, cambia y se masturba... ¡Es casi como si estuviera montando un espectáculo para el voyeur de afuera! Hasta que ella pide ayuda. Lo que no sabe es que su caballero de brillante armadura también es el pervertido mirón...