¡Las reglas eran simples! Si pierdes, tienes que hacer lo que yo quiera. Por supuesto, ella perdió y yo me salí con la mía. Siempre soñé con el coñito apretado de mi hermanita y la desnudé. Después de un rato, ella también se puso muy cachonda y la convencí de que comenzara a lamerme el coño.