Esta semana me encontré con una amiga que no vivía en la ciudad. Estaba en un restaurante cercano disfrutando de una rica ensalada y sopa. Me encontré con ella y estaba picoteando, parecía hambrienta y lo que fuera que estaba comiendo no la satisfacía. Entonces, cuando me vio, sus ojos se iluminaron. Le pregunté si tenía algún plan y me dijo que quería ir conmigo a algún lado y hacer eso que solía hacerme cuando éramos íntimos en ese entonces. Le dije que estaba bien, fuimos a un estacionamiento tranquilo y ella comenzó a chuparme la polla... como en los viejos tiempos.