Fue toda una sorpresa mirar por mi ventana y ver a una rubia caliente con grandes tetas colocando un cartel de puertas abiertas en mi jardín. Dejé que trabajara en ello durante un rato antes de salir. Verla agacharse era demasiado emocionante. Estaba en la dirección equivocada, pero aun así conseguí su número. Se detuvo y me dio su boca abierta en su lugar. ¡Le soplé mi carga por toda la cara!