El director francés Manuel Ferrara visita a una de sus chicas favoritas, Mia Rose, en su casa. Se reúnen para echar un polvo íntimo y sensual. Han pasado más de tres años desde que esta zorra curvilínea hizo una escena de sexo, pero Manuel cura su nerviosismo con besos y conversación antes de unirse a la chica de culo grande en la cama y probar su fragante coño. Mia trabaja su pequeña boca en la enorme polla sin circuncidar del director y posa para las fotos antes de recibir una follada implacable del apuesto semental. Finalmente, Mia se arrodilla y recibe una carga caliente de esperma directamente en su bonita cara.