Lilly Bell ha tenido mucho tiempo para pensar en rodar con The Pope desde la última vez que se vieron. Ha llegado el día en que Lilly tiene que pagar los platos rotos. Atada a un dispositivo personalizado, que utiliza correas de trinquete que mantienen su cuerpo en posición vertical, se somete. Su piel pasa de pálida a roja mientras The Pope ataca su cuerpo con su látigo de cuero. Lilly se acerca al borde, por lo que él se aparta para recompensarla con orgasmos. Hay una línea muy fina entre suficiente y demasiado. The Pope baila esa línea con precisión. La siguiente escena comienza con Lilly de espaldas con las piernas abiertas y los brazos estirados en un strappado. Él utiliza su fusta y le inflige tormento en todos sus puntos sensibles, incluido un bastinado. Una vez que su nivel de sufrimiento casi llega a su límite, The Pope cambia de marcha y la abruma con orgasmos ininterrumpidos con un vibrador y una follada de coño. Una parte del cuerpo de Lilly necesita algo de atención, por lo que está atrapada en una posición de perrito con los brazos cruzados frente a ella para agravar aún más las cosas. Ella lucha por encontrar consuelo mientras él continúa atormentándola con un gato de nueve colas. Su piel se pone roja y él la remata con más bastinado. Su coño se folla aún más y él le arranca todos los orgasmos que puede obtener de ella.
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