Cuando la diminuta pelirroja Kitsune siente la necesidad de correrse, nada puede impedir que sus manos se levanten la camisa para acariciar sus tetas regordetas. Sus bragas transparentes son las siguientes en desaparecer, dejando a esta jugosa coed libre para seducir y acariciar su teta desnuda empapada hasta que se retuerza de felicidad.