El capitán de la pequeña tropa 69 está muy cabreado. Su comprador de galletas número uno lleva días negándose a comprarle sus cajas de deliciosas golosinas. Su excusa es que se las compra a otra niña exploradora. Kiley no lo puede creer. Decide acampar fuera de la casa de este tipo para esperar y ver qué hace diferente esta otra exploradora. Cuando ve que la otra chica entra, se acerca sigilosamente a ver qué pasa y se sorprende. Resulta que su cliente habitual le ha estado comprando galletas a la otra exploradora porque le ha estado chupando toda la leche de la polla. ¡Dos pueden jugar a ese juego! Kylie hace cabriolas con su pequeño trasero hasta su casa al día siguiente, entra a la fuerza y deja un rastro de galletas que la llevan a su cuerpo desnudo y caliente en el sofá. Le implora que solo sea su cliente y refuerza lo mucho que lo necesita al dejar que empuje su minúsculo coño hasta el orgasmo puro. Con una polla de casi la mitad del tamaño de su cuerpo, ¡este chico pudo darse cuenta de que esta pequeña galletita es la única hilandera que merece su leche de hombre de ahora en adelante!