Kelly Surfer creció con la idea de que ciertos hitos en su vida se desarrollarían. Obtuvo su licencia a los dieciséis años y votó a los dieciocho. Nunca se imaginaría que su primer encuentro sexual interracial involucraría palabras como "gloryhole" o "sala de juegos". Kelly Surfer entró en la boca del lobo cuando decidió usar su tiempo libre para ver pornografía interracial en la sala de juegos para adultos de su ciudad. Una vez dentro, se abrió de piernas y trabajó en su coño apretado y húmedo. Sus gemidos y súplicas por una polla negra dieron sus frutos cuando una del tamaño de Gozilla apareció. La breve inspección de Kelly le dio luz verde para babear por todas partes. Las adoloridas entrañas de Kelly se incendiaron cuando la punta de su gran polla negra frotó su clítoris. Introducir el resto de su carne negra dentro de ella fue un desafío, ya que esta sería la primera vez que se enfrentaba a una anaconda negra. La interesante tarde de Kelly llegó a su fin después de que su polla dejó de gotear toda esa deliciosa sustancia viscosa para su consumo.
