La pelirroja natural y bien formada Katie St. Ives intenta todo para llamar la atención del director Manuel Ferrara: hace ejercicio de forma sugerente en su gimnasio, se masturba en el sillón que está junto al suyo e incluso desfila desnuda y se folla un consolador delante de él. Esto no lo puede ignorar: Manuel ayuda a perforar el culo hambriento de Katie con su gran juguete y le lame el coño y el culo con cariño. Katie envuelve sus labios alrededor de su enorme miembro. El director inserta bolas anales gigantes en su trasero carnoso y luego le da a esta hermosa zorra una implacable penetración rectal hasta que arroja una descarga desordenada de esperma en la boca abierta de Katie.