Cuando la jefa de Nick quiere que se haga algo, ella simplemente no acepta un no por respuesta. Kathia Nobili llevó un par de zapatos de tacón alto al escritorio de Nick y le dijo que se pusiera a pulirlos hasta dejarlos brillar como un espejo, y que los llevara a su oficina cuando terminara. Nada podría haber preparado a Nick para lo que le esperaba en la oficina de Kathia, ya que Kathia le hizo arrodillarse y atarse los zapatos. Luego le ofreció una larga mirada a sus pechos y un vistazo al coño impecable entre sus piernas mientras se tocaba. Nick no perdió tiempo y enterró la cabeza entre sus piernas, lamiendo el coño y el clítoris de Kathia, saboreando cada olor y sabor. Cuando Kathia quiso sentirlo dentro de ella, abrió las piernas para llevar su gruesa y dolorida virilidad tan profundamente como pudiera, allí mismo, en su escritorio.
