Katerina estaba hablando por teléfono con su amiga sobre pollas y mamadas. ¡Estaba diciendo todo esto delante de su padrastro! ¡Incluso se levantó el vestido y se tocó el coño delante de él, lo que le hizo salir de la habitación porque se puso duro! ¡Al día siguiente fue a la cocina sin nada más que lencería, burlándose de su padrastro una vez más! Más tarde salió a tumbarse junto a la piscina y le preguntó a su padrastro si le pondría loción. ¡Intentaba decir que si se quemaba con el sol, su madre se enfadaría con él por no cuidarla! Katerina hizo un trato con su padrastro: si podía frotarla con loción sin ponerse duro, finalmente lo dejaría en paz, pero si se ponía duro, ¡podría chuparle la polla! Terminó perdiendo la apuesta y Katerina consiguió lo que siempre había querido: ¡su gran polla negra! Se volvió loca por ella, lamiéndola y tratando de meterla toda en su boca. ¡Luego su padrastro llenó su coño blanco con su gigantesco helado! Ella gimió de placer mientras su padrastro la llenaba con su polla negra, ¡que anhelaba desde el primer día! ¡Su coño apretado fue suficiente para que él se corriera por toda su cara!
