En todos mis años de ligar con negros, he aprendido que el mejor lugar es la licorería. Estaba viendo a Rico Strong dentro de la tienda e imaginé cómo sería deslizarme por su gran tubo negro. Una vez fuera, le seguí coqueteando hasta que no tuvo más remedio que seguirme de vuelta a casa. Podía ver en sus ojos que estaba cansado de mí, pero eso pronto desapareció una vez que estuve de rodillas y ahogándome con su gigantesca polla negra. Estaba en el paraíso mientras me deshidrataba lentamente, ya que toda mi saliva terminó en la enorme serpiente de los pantalones de Rico. Llevamos las cosas a un nuevo nivel de enfermedad cuando metió cada centímetro dentro de mi coño abierto hasta que casi me desmayé. Los sonidos de su polla golpeando contra mi coño blanco rebotaban en todas las paredes y yo estaba cada vez más mojada a cada segundo. Estaba empezando a sudar profusamente mientras Rico se tomaba libertades con mi estrecho agujero y mi coño estaba siendo golpeado hasta la sumisión. Cada embestida de su polla negra me hacía feliz de ser una puta para el sexo interracial. Rico me pulverizó hasta que no pude soportarlo más y estuve más que feliz de aceptar su ráfaga de cañón de salsa negra.