Johnny tiene mucha hambre, quiere unos huevos pero no tiene aceite para cocinarlos. Pasa por la casa de Harley para ver si tiene alguno. Llama a su puerta pero ella no responde. Él sabe que está en casa, ve su coche aparcado fuera. El caso es que está ocupada frotándose el clítoris y no quiere que nadie la interrumpa. El hambre de Johnny no tiene límites, sigue llamando. Finalmente, Harley llega a la puerta solo para cerrarla en la cara de Johnny. Una vez más, él insiste y sigue llamando a la puerta. Ella entra y está a punto de darle la botella de aceite solo para reconsiderarlo y lo lleva para que le frote aceite por todo su gran y perfecto culo. Él comienza a frotarlo y se abre paso hacia su coño mojado. Después de una pequeña sesión de engrasarla, ella se pone directamente sobre su polla y le hace la mamada de su vida. Johnny no pierde el tiempo y comienza a follarla como si no hubiera un mañana. Ella salta sobre su polla y hace que su gran culo rebote sobre su gran polla. Todo esto lleva a que Johnny dispare su carga sobre todo su lindo rostro.
