Chloe Lamour llegó a casa del gimnasio y, como de costumbre, su hijastro Sam Bourne no dejaba de mirarla. Cuando fue a cambiarse, él estaba asomándose por la puerta jugando con su polla. Cuando Chloe estaba en la ducha, Sam se coló en el baño y empezó a masturbarse. Chloe se enfadó. Se enfrentó a él. Si lo que quería era su cuerpo, se lo daría para que dejara de hacerlo. Empezó a darle una lancha, luego una follada de tetas, una mamada. Después follaron. Pero ella quería dárselo todo. Le dijo: "¡Fóllame por el culo!". Y él lo hizo. Se la folló a cuatro patas. Se la folló al misionero. Ella lo estaba montando. Le chupó la polla otra vez. Se corrió por todas sus tetas.