Cuando Pablo llegó a casa del trabajo, no tenía idea de las desventuras sexuales que su hermosa esposa Cecilia le tenía reservadas. Se unió a ella en el sofá, donde ella había estado sentada ociosamente hojeando su revista, esperando la oportunidad de abalanzarse sobre la polla de Pablo. Después de deslizar su mano en su peignoir para masajear sus senos, Pablo besó el cuello de Cecilia y dejó que sus labios jugaran con el resto de ella. Una caliente sesión de juegos preliminares despertó sus ardientes lujurias, hasta que Cecilia apenas pudo soportar que Pablo no la metiera profundamente dentro de ella. Cecilia supo desde el momento en que Pablo la penetró con su virilidad gruesa e hinchada, que quería sentirlo profundamente dentro de su culo, así que dejó que la follara por detrás.
