Cece no para de gastar bromas a su compañera de piso. Hasta que un día se hartó y decidió devolverle la broma. Se coló en su habitación con un cubo de agua y se escondió en su armario esperando a que ella entrara para salpicarla. El problema era que, en cuanto entró, empezó a desnudarse. Se quedó paralizado, incapaz de salpicarla. No solo se desnudó, sino que empezó a masturbarse mientras él la observaba desde el armario. Al final él salió y ella se volvió muy nerviosa. Se disculpó, pero algo en todo eso excitó a Cece. Así que decidió enseñárselo un poco más. Se giró para que pudiera verle el culo a la perfección y, finalmente, le sacó la polla. Después de atragantarse con su polla un rato, le suplicó que le metiera el agujero apretado. Cece tomó la polla en varias posiciones diferentes antes de recibir una gran carga por toda la cara.