Cassie es una monada, mírala en el baño, con los auriculares puestos cantando en su consolador y bailando, su encantador cuerpo de dieciocho años empapado. Los suaves montículos de sus tetas, enmarcados por su cabello mojado, gotas de agua tibia que bajan por sus caderas o alrededor de la curva de su culo. Un cuerpo joven tan perfecto. Pero la hora del baño no es solo para limpiarse, a Cassie también le gusta ensuciarse un poco y mojarse un poco de otras maneras. Tomando su juguete de doble cara, comienza metiendo el extremo acanalado en su coño apretado, apretado. Trabajando cada nivel más profundamente hasta que todos hayan desaparecido, luego, una vez que su juguete está bueno y mojado, comienza a meterlo y sacarlo, sintiendo que cada perilla se desliza más allá de sus labios húmedos y entreabiertos. Sentada en el borde de la bañera, Cassie le da la vuelta a su consolador y comienza a frotar el extremo liso de la bola contra su punto G. 'Mmm, eso es todo...' Piensa para sí misma mientras empieza a meter y sacar su juguete, dando vueltas y vueltas en su pequeña rendija empapada. Pronto ella está agarrando sus tetas y pellizcando sus pezones, deseando que sean tus manos sobre ella, ayudando a que se corra. Cada vez más rápido bombea su juguete hacia adentro y hacia afuera, profunda y fuertemente, la música de sus auriculares impulsa sus embestidas y sus gemidos resuenan en las paredes del baño. Finalmente, suéltalo, ella se corre con fuerza, su coño adolescente dolorosamente apretado apretando el consolador. Cassie saca el consolador goteante de su interior y lo lame hasta dejarlo limpio, un último acto sucio antes de volver a meterse en su bañera para limpiarse de nuevo.