Tyler no tenía ni idea del tipo de desventura sexual que le esperaba cuando dejó a su novia en la cama para ir al baño. Sorprendido por la repentina llegada de la madrastra de Carolina, Kayla, Tyler se escondió rápidamente. Desde su escondite, tenía un asiento en primera fila para la rutina de belleza privada de Kayla, viendo a Kayla desnudarse frente al espejo y frotarse loción en sus grandes pechos y su piel suave y cremosa. Pero cuando un ruido repentino llevó a Kayla a atrapar al voyeur con las manos en la masa, se hizo cargo y comenzó a mamarlo allí mismo. No pasó mucho tiempo para que Carolina se despertara y deambulara por el pasillo hasta el baño, donde encontró la cara de Tyler enterrada entre las piernas de su madrastra. Antes de que Carolina tuviera la oportunidad de enojarse, Kayla la convenció a ella y a Tyler de que la siguieran al dormitorio, donde todos saltaron a la cama para un trío caliente.
