Entonces, estoy espiando a mi empleada doméstica. Más bien la estoy grabando. La última señora de la limpieza me robó, así que estoy un poco paranoica. Realmente no quiero que me roben de nuevo. A Carmen no le importó que la grabara. Eso fue genial, ella entendió completamente a qué me refería, pero maldita sea, mira ese culo. Esa cosa es enorme. Verla limpia me hacía palpitar la polla. Cada vez que enjuagaba una taza, barría el piso o limpiaba el espejo, ese enorme culo temblaba. Aunque quería que mi casa estuviera limpia, preferiría tener el gran culo de Carmen rebotando en mi polla. Veamos cómo resulta esto. Paz