Soy Camryn Cross y no me estoy haciendo más joven. Mi marido me ignora, mis hijos son unos malcriados y la única diversión que tengo es rellenar mi descuidado coño blanco con polla negra. Hoy, tenía mi casa libre durante unas horas, así que salí a buscar una polla negra y carnosa. Vi a este joven negro a una cuadra de distancia y a esa distancia podía ver el bulto en sus pantalones. Al principio pensó que estaba loca, pero la forma en que lo follé con los ojos le dijo lo contrario. Pronto estuvimos de vuelta en la casa que mantengo en orden para mi marido blanco. He visto pollas grandes antes, pero esta era única. Una ola de ansiedad me invadió mientras me preguntaba exactamente cómo me lo metería en la boca. Por primera vez en mi vida pude hacer una garganta profunda con algo con lo que podría haberme atragantado. Mi coño blanco se estaba humedeciendo a cada segundo y lo deslicé lentamente para que mi marido no supiera que habían manipulado mi coño. Me arruinó el maquillaje con la corrida que me echó en la cara blanca como la leche. Tuve que decirle que se fuera para poder preparar la cena para la familia y también para limpiar la evidencia de que estaba jugando con una gran polla negra.
