Cada vez que puede, Brea Bennett enciende su Mustang rojo cereza y despega sola hacia el campo. Sintiendo el potente zumbido del motor bajo el capó, las vibraciones zumbando a través del acero con cada revolucion, envía una oleada de lujuria a su impecable coño. Hoy, su emoción llegó a un punto álgido, y Brea solo tuvo que hacerse a un lado y tener un momento erótico para ella sola.