Cuando la húngara Betty Lynn, ansiosa de semen, se siente cachonda, nada puede impedir que esta belleza de piel clara se excite. Se aparta las bragas para pasar los dedos por su resbaladiza raja. Al encontrarlo hábil con sus jugos sexuales, Betty no duda en desnudarse y usar sus dedos mágicos para llevarse a la ciudad del placer.