Kai va al mismo edificio abandonado todos los días para entrenar. Siempre está vacío y silencioso, perfecto para que entre en la zona y se concentre en su técnica. Hoy descubre que no está solo, Audrey ha venido aquí para escaparse a un poco de paz y tranquilidad también, ¿o tal vez lo ha estado observando? Su apretado cuerpo adolescente distrae, y cuando él le pide que lo ayude a atarse los cordones, ¡ella le mete la polla en la boca! ¡Hoy está haciendo un tipo diferente de entrenamiento!