Tenemos la sensación de que Aria Salazar nunca, nunca, se ha ensuciado las manos. Una hermosa y ajetreada tarde encuentra a Aria Salazar a merced de sus funciones corporales, y el único recurso para ella es usar este vil baño. Las paredes son repugnantes y el inodoro parece como si no hubiera sido limpiado en mucho tiempo. Aria no está contenta y la llegada de dos pollas blancas anónimas es el único rayo de sol en su día nublado. La vacilación inicial de Aria desaparece tan rápido como su ropa, y la belleza de ébano apoya sus rodillas en el suelo rancio. El agujero de la gloria cobra vida por completo cuando Aria Salazar va y viene entre los agujeros y chupa la vida de ambos chicos blancos anónimos. Si nuestra historia terminara aquí, entonces sería materia de leyendas. Sin embargo, Aria Salazar está a punto de convertirse en un ícono de las pollas blancas al inclinarse y volverse loca con ambos afortunados chicos blancos. Las alegres y perfectas tetas de Aria se ríen y se sacuden mientras su agujero del coño prueba ambas pollas blancas hasta que explotan por todo su cuerpo. ¿El veredicto? Aria Salazar ya no tiene miedo a los lugares sucios y a las malas acciones.