Esta semana, en el autobús nos cruzamos con un grupo de seguidores de Hillary. Después de fingir que hacíamos un documental político, pudimos subir a los tres a bordo. Todo iba bien hasta que les pedimos que se desnudaran para recibir dinero. Todos bajaron corriendo y nos llamaron irrespetuosos. Sin embargo, una de ellas necesitaba un poco de pasta, así que se lanzó de inmediato a ganar dinero. Bruno, con su gorra de Trump, fue el hombre que no fue acusado de golpear el coño de esta seguidora de Hillary por todo el maldito autobús. ¡Disfruten!